Tan solo en EEUU en 2022 estafaron más de 11 millones de dólares a 5.000 víctimas
Son muy complicadas de rastrear, identificar al estafador y de recuperar el dinero
La suplantación de identidad es uno de los grandes y más efectivos trucos que usan los ciberdelincuentes para sus estafas, por mensajes a través de redes sociales, SMS o correos electrónicos, sin embargo, en el último año se ha detectado una nueva tendencia cada vez más popular en que las suplantaciones se hacen a través de llamadas telefónicas y usan la Inteligencia Artificial para engañar a sus víctimas.
Es bien sabido que la IA nos está ofreciendo todo un nuevo catálogo de posibilidades para cualquier sector o actividad, y mientras los desarrolladores de esta tecnología siempre buscan que esto se haga para fines positivos, cuando cae en las manos equivocadas el peligro es muy alto.
Tal y como reportó The Washington Post, las autoridades estadounidenses han detectado un aumento en los casos de estafas en las que las víctimas cayeron porque pensaron que detrás de la llamada se encontraba un amigo o familiar. Pero ¿no son estas personas capaces de distinguir la voz de sus seres queridos?
La cosa es que gracias a la IA existen cientos de aplicaciones capaces de imitar a la perfección la voz de alguien, copiando su tono, tempo y demás características que completan la voz de alguien. En general estas apps se diseñaron para imitar a famosos como un entretenimiento, pero los avances en IA han permitido que esta tecnología pueda emular a la perfección la voz de cualquiera.
Según los datos publicados por la Comisión Federal de Comercio de EEUU en 2022, las estafas de impostores fueron las más comunes en el país y la segunda que más robo de dineros provocó, en concreto se estima que la cifra alcanza los 11 millones de dólares estafados a más de 5.000 víctimas.
El gran problema que tiene esta modalidad de estafa para las autoridades y fuerzas de seguridad es que al tratarse de una llamada telefónica se puede ejecutar desde cualquier parte del mundo con el añadido de que son extremadamente difíciles de rastrear, identificar a los estafadores y sobre todo recuperar el dinero robado.
Aunque esto no es lo único, ya que debido a la internacionalidad con la que se hacen las llamadas, también están habiendo problemas de jurisdicción entre los diferentes países, ya que no queda muy claro quién es el que debería investigar y actuar.
Pero el debate ya no es solo quién tiene que investigar y detener a estos estafadores, sino también si las empresas que han desarrollado este tipo de tecnología tienen algún tipo de responsabilidad y si deberían crear algún tipo de medida de control para asegurarse de que su IA no se usa para fines maliciosos.
Manuel Jesús García Pastor
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